Primer regreso
Mucho se habla de lo difícil que es que una segunda versión triunfe en la lucha libre. En mi memoria sólo existen tres luchadores que, habiendo heredado un personaje utilizado previamente, han conseguido triunfar:
en orden jerárquico el primer caso de éxito que encaja en este escenario es La Parka, quien durante más de tres lustros ha portado el personaje de los huesos, logrando forjar su propia historia amén de la exitosa carrera del primer portador de este equipo, LA Park. Los otros dos casos son de la división mini.
El primero de ellos es Octagoncito, que por su calidad logró borrar completamente del mapa al anterior, al grado de que ya son pocos quienes lo recuerdan. El último caso es el del hombre que me ha asombrado desde la primera vez que lo miré en un ring: el luchador que el público conoce como Mascarita Dorada. El Lic. Antonio Peña le dio la oportunidad de ser una estrella dentro de los minis bajo el nombre de Mascarita Sagrada, siendo no el segundo sino el tercer luchador en llevarlo.
Gracias a su espectacularidad y a su gran carisma, este luchador demostró rápidamente que estaba hecho para este negocio. Logró un reconocimiento sin precedentes en un miniestrella, llegando a ser considerado por mucha gente como el mini más increíble que ha estado sobre un ring, y en poco más de seis años como Mascarita Sagrada puso este nombre en los primeros planos. Tras su partida de AAA estuvo en muchos lugares, y ahora que lo vuelvo a ver en AAA sentí nuevamente esa emoción que sólo un luchador con su talento puede infundir. Este pequeño estrella está ante la oportunidad de reconquistar a su público y de ganarse un nuevo: el de todos esos fans fieles de México que siguen a AAA y que sólo conocían de él por lo que los aficionados más viejos contaban. Es un luchador de primerísimo nivel y está ante la oportunidad de constatarlo.
Segundo regreso
Remontémonos a 1997: en los momentos de competencia encarnizada entre las dos empresas líderes en Estados Unidos, la WCW y la firma de Stamford, el líder de esta última no podía dormir ante una idea recurrente: que su entonces campeón reinante, Bret "The Hitman" Hart, habiendo firmado ya un contrato con su competencia, pisara un ring de ésta sin haber perdido el título. Para evitarlo, ocurrió el infame robo de Montreal, hecho que coadyuvó a una transformación definitiva del wrestling.
En México, en cambio, tenemos una cultura diferente, que quizá nos ha impedido apreciar que en México hemos sido testigos de un hecho similar al que tanto temía el hoy monopolio del wrestling (aunque en un contexto mucho menos radical) cuando Héctor Garza regreso al ring de AAA como parte de Los Perros del Mal. Apoyando al Hijo del Perro Aguayo en su labor de martirizar a Jack Evans, Garza se comportó como un auténtico rufián, se movió como pez en el agua y es grato para muchos fans saborear los posibles enfrentamientos que el luchador regiomontano -por cierto ex estrella de la WCW- podría sostener ante los grandes rivales del roster AAA.
Un elemento que ha trabajado para las tres empresas más fuertes de los Estados Unidos en los últimos 20 años, y para las tres empresas más fuertes de México; no es ninguna perita en dulce en el ring y sin duda a los rivales de Los Perros les esperan encuentros difíciles de ahora en adelante, pues la dureza de Garza, así como la solidez de su escuela y estilo, son conocidas por todos los que saben de lucha libre.
Mi luchador de la semana
El Hijo del Perro Aguayo, que sigue dando sorpresas y manteniéndose como una gran figura enfrentándose a las estrellas de AAA.
Mi momento impactante de la semana
La capacidad demostrada por Fénix, quien no se achicó en su compromiso de hacer equipo con el gran Dr. Wagner Jr. Una vez más, merecidas felicitaciones a este joven.
Por: Miguel G. fonseca|AAA
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